El dispositivo de OpenAI y Jony Ive se complica y podría retrasarse

Última actualización: octubre 6, 2025
  • Informes señalan un posible retraso del dispositivo de OpenAI y Jony Ive inicialmente previsto para 2026.
  • El concepto: sin pantalla, de bolsillo y consciente del entorno, con entrada por audio y señales visuales.
  • Obstáculos clave: "personalidad" del asistente, privacidad en modo siempre activo y conversación acotada.
  • Presión por costes de cómputo e infraestructura y aprendizaje de fracasos como Humane AI Pin; se menciona a Luxshare como socio industrial.

Dispositivo de IA de OpenAI y Jony Ive

Según esas informaciones, la fecha barajada para llegar en 2026 estaría en revisión por una combinación de factores técnicos y de producto: definir el carácter del asistente, resolver dudas de privacidad en un uso siempre atento y encajar los costes de cómputo y la infraestructura necesaria para escalar.

Qué están intentando construir

Concepto de dispositivo de IA sin pantalla

El plan que se describe es el de un equipo sin pantalla y del tamaño de la palma, pensado para ir en el bolsillo o situarse sobre una mesa, que capte señales de audio y visuales del entorno y responda a las peticiones del usuario con naturalidad.

Para interactuar, el prototipo recurriría a micrófonos, altavoz y cámaras (algunas fuentes hablan incluso de varios sensores de imagen) con el fin de comprender el contexto físico y ofrecer respuestas más útiles que las de un asistente tradicional.

Otro rasgo en estudio es el comportamiento siempre activo: en lugar de esperar a una palabra clave, el dispositivo estaría atento por defecto, algo que plantea cómo reducir intrusiones y decidir cuándo intervenir y cuándo callar.

Desde la dirección se ha transmitido a empleados la idea de un compañero de bolsillo consciente del entorno, orientado a ser práctico y cercano sin resultar extraño o invasivo en el día a día.

La aspiración es que hable lo justo, que sepa cuándo finalizar una interacción y que se perciba más como una ayuda discreta que como un gadget demandante de atención constante.

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Los obstáculos que frenan el calendario

Retos técnicos y de privacidad en hardware de IA

El mayor dolor de cabeza ahora mismo es perfilar la «personalidad» y modales del asistente: lograr un tono empático y útil, que no resulte raro, y acotar las intervenciones para que sólo hable cuando aporte valor y corte a tiempo las conversaciones.

La otra gran pata es la privacidad. Un modo siempre atento obliga a diseñar salvaguardas sólidas para el tratamiento de audio e imagen, limitar qué se procesa en local y qué viaja a la nube, y dar transparencia y control al usuario sobre datos y memoria del sistema.

En paralelo, el proyecto pelea con la realidad de los costes de cómputo y la infraestructura: sostener inferencias de IA avanzadas en millones de dispositivos exige capacidad de servidor, optimizaciones de eficiencia y un presupuesto que no dispare el precio final ni el coste operativo.

En el frente industrial, se ha mencionado a Luxshare como posible socio de fabricación y pesa la compra de la firma de hardware de Ive por parte de OpenAI (valorada en torno a 6.500 millones de dólares) para acelerar el desarrollo, aunque estos movimientos no despejan por sí solos los plazos.

El equipo parece tomar nota de precedentes como el Humane AI Pin, retirado tras bajas ventas, y mira de reojo a otras apuestas de la industria (gafas con IA de Meta o Google, planes de Apple, o startups como Nothing con «dispositivos nativos de IA») para evitar errores de enfoque y de producto.

Con todo este contexto, varios reportes sostienen que el debut que se contemplaba para 2026 podría resbalar. La consigna interna sería avanzar con cautela: pulir caso de uso, ajustes de comportamiento y garantías de seguridad antes de fijar una fecha pública.

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También se habría planteado la posibilidad de una modalidad menos intrusiva, que reduzca la escucha por defecto, y de funciones en local para minimizar datos en tránsito, pero la decisión final dependerá del equilibrio entre utilidad, confianza y consumo energético.

El interés no decae: un dispositivo de bolsillo, sin pantalla y consciente del entorno sigue siendo una apuesta ambiciosa; ahora, el calendario dependerá de que OpenAI y el equipo de Jony Ive amarren estos tres frentes clave —comportamiento, privacidad e infraestructura— sin sacrificar experiencia ni viabilidad.

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