- Instalación de dispositivos antiintrusión y antirrobo antes de fin de año.
- Auditoría interna detecta protocolos obsoletos y una subestimación del riesgo.
- Reforzadas cámaras, accesos, vitrinas y el perímetro exterior.
- Formación obligatoria y creación de una dirección de seguridad específica.
Tras el reciente robo que levantó todas las alarmas, el Gobierno francés ha anunciado un giro de timón en la protección del museo más visitado del mundo: el Louvre incorporará dispositivos antiintrusión y antirrobo de nueva generación con un calendario acelerado que fija su despliegue antes de que termine el año.
La ministra de Cultura, Rachida Dati, explicó que una investigación administrativa preliminar ha señalado una subestimación crónica del riesgo durante años y la obsolescencia de procedimientos clave; por ello se activará una vía urgente con una dirección de seguridad al más alto nivel y una revisión global de los riesgos.
Qué cambios tendrá la seguridad del museo
El plan operativo incluye la instalación de sistemas antiintrusión y antirrobo en zonas estratégicas, junto con la modernización del equipamiento del personal para fortalecer vitrinas, accesos y perímetros del edificio.
También se ampliará y reconfigurará la videovigilancia con cámaras reubicadas y mayor cobertura en puntos sensibles —balcones, ventanas y rutas de entrada—, además de actualizar los protocolos internos para retirar procedimientos ya obsoletos.
En paralelo, el personal de sala y los equipos de vigilancia recibirán formación obligatoria y sistemática en seguridad, y se ajustarán responsabilidades para que la respuesta ante incidentes dependa de una unidad de seguridad con capacidad de decisión inmediata.
Claves del refuerzo y plazos previstos
El Ministerio de Cultura ha marcado un calendario de ejecución que prioriza las actuaciones de alto impacto: el despliegue de los nuevos dispositivos antiintrusión se iniciará este mismo ejercicio, acompañado de medidas rápidas que no requieren obras complejas.
- Refuerzo de vitrinas y accesos con soluciones antirrobo.
- Reconfiguración de cámaras para cubrir puntos ciegos.
- Actualización de protocolos de respuesta ante intrusiones.
- Formación y dotación de medios modernizados al personal.
Qué se sabe de las vulnerabilidades detectadas
La dirección del Louvre reconoció que no todas las cámaras cubrían el acceso explotado por los intrusos, con al menos un dispositivo orientado en sentido opuesto al balcón comprometido; si bien los sistemas internos respondieron, se detectaron fallos en el perímetro exterior que facilitaron la intrusión.
Por ello, se ha ordenado una revisión global de riesgos que abarque salas expositivas, áreas externas y rutas de entrada y salida, mejorando la coordinación entre equipos internos y fuerzas de seguridad para acortar tiempos de reacción.
Contexto del caso y línea de investigación
El asalto se llevó a cabo a primera hora con un montacargas y herramientas de corte, lo que ha motivado esta respuesta acelerada. Las autoridades han practicado diversas detenciones y diligencias mientras continúan las pesquisas, y la dirección del museo valora lo sustraído en una cifra de varias decenas de millones de euros.
Con el foco en proteger las obras y al personal, estas medidas se enmarcan en las prioridades de conservación del patrimonio en Europa, donde se busca elevar los estándares de prevención y respuesta ante delitos contra museos y colecciones públicas.
El Louvre acomete una modernización profunda de su arquitectura de seguridad que combina tecnología antiintrusión, nuevos protocolos, formación y gobernanza específica, con el objetivo de cerrar brechas, mejorar la vigilancia y devolver tranquilidad a visitantes y trabajadores.
